Para dar inicio a este taller, nos sumergimos en un fascinante viaje de exploración, donde las formas cobraron vida a través de intrincadas retículas geométricas trazadas sobre delicado papel mantequilla. En este proceso, cada línea trazada era un susurro de posibilidades, una invitación a descubrir la belleza oculta en la intersección de lo geométrico y lo efímero. Estas formas, meticulosamente elaboradas, actuaron como portales hacia un universo de creatividad sin límites, preparando el escenario para una aventura artística que prometía sorprender y cautivar a cada paso del camino.

La creación de retículas en madera marcó nuestro primer encuentro íntimo con este material noble y versátil. Partiendo de las retículas previamente elaboradas en papel, nos sumergimos en un viaje de descubrimiento, explorando las profundidades y las posibilidades únicas que ofrece la madera. Cada corte, cada incisión, era un diálogo con la propia naturaleza del material, una oportunidad para comprender sus propiedades intrínsecas y su capacidad de transformación. Esta experiencia no solo nos permitió familiarizarnos con la madera en un nivel práctico, sino que también desencadenó una conexión emocional con este elemento vivo y resonante, sentando las bases para futuras exploraciones creativas que prometían sorprender y enriquecer nuestras vidas.

Una vez que la madera fue sometida a un meticuloso proceso de acabado mediante máquinas especializadas, preparándola para su manipulación, nos embarcamos en una serie de pruebas de color. Aunque algunas opciones no alcanzaron nuestras expectativas, reconocimos que cada experimento era esencial para nuestro viaje creativo. Entre estas pruebas, una en particular brilló con una luminosidad especial: el tratamiento con aceite natural. Esta elección no solo resaltó la belleza intrínseca de la madera, sino que también enfatizó nuestra dedicación a respetar y realzar la pureza y la autenticidad de los materiales con los que trabajamos.

La aproximación al proyecto final se llevó a cabo una vez que se completó la intervención del color en la madera. Para ello, la madera fue cuidadosamente adherida a una tela negra, revelando así la versatilidad y la expresividad del material de manera uniforme. Posteriormente, procedimos a la creación de piezas volumétricas que nos permitieron visualizar y experimentar con las posibilidades del resultado final. Estas piezas actuaron como precursoras, ofreciéndonos una visión tangible de lo que podría ser el entrañable desenlace de nuestro proyecto creativo.

Para desarrollar la maqueta se tomo en cuenta los dobleces generados en la tela, las curvaturas, las sombras, las direcciones y todas las volumétricas que era posible observar.